El edificio de San Telmo de Málaga
El objetivo de este texto es acercarnos a la historia del espacio escolar en Andalucía a través de un ejemplo concreto: el edificio de San Telmo de Málaga. Cualquiera que intente acercarse a la historia de la educación en Málaga con un mínimo de rigurosidad, tiene obligatoriamente que hacerlo a su historia, ya que, desde sus inicios en el siglo XVI y durante más de cuatrocientos años ha estado, y aún lo está, dedicado a desarrollar en él actividades educativas.
En primer lugar, fue sede del Colegio de los Jesuitas, tras su expulsión pasó a la Junta de Temporalidades. Después se ubicó en él al Consulado Marítimo y Terrestre de Málaga, que lo cedió como sede para el Colegio Náutico de San Telmo. También durante un corto periodo de tiempo albergó al Instituto de segunda enseñanza, la Escuela de Bellas Artes, las Escuelas Normales y la Sociedad Malagueña de Ciencias. Actualmente es ocupado por la Sociedad Económica del Amigos de País, el Ateneo de la ciudad, que recientemente ha terminado las obras de restauración, y una escuela de educación infantil y primaria (antigua Aneja de la normal femenina). En resumen, es lo que podríamos denominar un edificio educativo o educador.
El colegio de San Sebastián de los Jesuitas
Se acepta como fecha de la fundación de la comunidad de los jesuitas en Málaga, a instancias del Obispo Francisco Blanco Salcedo, el 10 de octubre de 1572. La inauguración oficial del colegio se efectuó el 24 de febrero de 1573.
Mientras las demás órdenes masculinas se habían asentado, sobre todo en la periferia de la ciudad, los jesuitas siguiendo la tendencia al llamado “urbanismo” ignaciano, lo hicieron en su centro neurálgico, al instalarse en la misma Plaza Mayor (hoy Plaza de la Constitución).
La construcción de los edificios que iba adquiriendo la progresiva implantación de la Compañía de Jesús no era arbitraria, sino que era supervisada por Roma, donde estaba su sede, por lo que en la práctica se fue imponiendo un concepto común de edificio en todos los centros de los Jesuitas.
Las clases comenzaron en 1579 y se constaban de dos grandes aulas destinadas a la enseñanza de la gramática latina, donde habitualmente permanecían los alumnos cinco años, recorriendo los cinco cursos de la enseñanza del latín y la gramática latina y otras tantas destinadas a la enseñanza primaria. En el colegio de Málaga, también impartieron enseñanzas de Tercera Probatura y Seminario de Letras humanas, que estaba destinado únicamente para la formación de los propios Jesuitas y que se situaba en el piso de arriba, separados del resto de los estudiantes.
En resumen, hasta 1767 fecha en que fueron expulsados por orden del rey Carlos III, la actividad fundamental de los jesuitas en nuestra ciudad fue la docencia, en un colegio gratuito y abierto a todo tipo de alumnos. Su tamaño era mediano con un número entre 200 y 300 alumnos de gramática latina, 30 de filosofía y alrededor de 500 de primeras letras. La Ratio Studiorum marcó la organización, contenidos y metodología.
La Junta de Temporalidades y el Consulado Marítimo y Terrestre
Ese mismo año, los bienes de los jesuitas quedan a cargo de la Junta Municipal de la Temporalidades de Málaga, presidida por el Marqués de Villel. Las enseñanzas de primeras letras se mantuvieron, mientras que las demás se interrumpieron, hasta que por orden circular de 29 de julio de 1767 se ordena que se destinen los edificios de los Jesuitas a seminarios, hospicios, casas de expósitos, hospitales o aulas para humanidades y retórica. Como en Málaga ya existía el seminario y una casa de inclusas y el edifico no era apto para las demás funciones que se indicaban, se ordena que sea destinado a casa de estudios: gramática, filosofía y teología.
El destino del edificio se hace oficial, por fin, por la Real Cédula de 23 de agosto de 1769, que destinaba el colegio para casa de enseñanza o de pensión, dirigida por el clero secular, con aulas y habitaciones para los maestros de primeras letras, latinidad y retórica, utilizándose para su atavío y limpieza el caudal de las temporalidades ocupadas a los jesuitas.
El marqués de Villel hace pública el 13 de diciembre de 1768 una reglamentación por la que debían regirse todas las enseñanzas alojadas en el edificio. Las normas que se dan toman muchas prácticas de los jesuitas, siguiendo la Ratio Studiorum, y en ellas se regula todo lo referente a la enseñanza. Entre otras cosas establece la gratuidad de todas las enseñanzas y la prohibición expresa de cobrar a los alumnos por parte de los profesores. Se establecían dos aulas de primeras letras, una de leer y otra de escribir con cuatro ayudantes cada una. La latinidad y retórica se impartiría en tres clases: mínimos, medianos y mayores. Respecto a los horarios, se determina que haya seis horas de clase diarias, tres por la mañana y tres por la tarde, excepto del 15 de julio al 15 de septiembre en que los alumnos de enseñanza primaria lo harán solo cuatro horas y los demás tres. Las vacaciones serán desde el 21 de diciembre al 2 de enero y en Semana Santa (en verano no tenían vacaciones).
El 18 de enero de 1785, se crea el Consulado Marítimo y Terrestre de Málaga. Según el artículo 54 de su constitución debía establecer escuelas de comercio, pilotaje, agricultura, y dibujo. Para la implantación de dichas enseñanzas solicita el colegio de los jesuitas expulsados, comprometiéndose a hacerse cargo de las enseñanzas existentes en el mismo, pagando los sueldos de los maestros y a costear las reparaciones necesarias en el edificio.
Por RO de 30 de junio de 1786 se aprueba la solicitud del Consulado y toma posesión del edificio el 31 de julio de 1786 del mismo año. Sin embargo, al año siguiente se ordena a la Corporación la supresión de dichas enseñanzas y el traspaso del edificio para la instalación del Real Colegio Náutico de San Telmo. Asimismo, se establece que las escuelas de primeras letras y latinidad continúen a cargo del presupuesto del Consulado, y por lo tanto impartiéndose dentro del edificio, hasta que, por RO de 30 de octubre de 1850, pasan a depender del Ayuntamiento de la ciudad como consecuencia de las medidas centralizadoras del Gobierno de los liberales.
El Real Colegio Náutico de San Telmo
Desde finales del siglo XVII existía en Sevilla, un Colegio de San Telmo, dedicado a la formación de pilotos y pilotines de mar. Sin embargo, a partir de 1778, y como consecuencia de la apertura del tráfico naval y contratación con las indias de trece puertos españoles, entre ellos el de Málaga, se impone la necesidad de crear colegios similares debido al aumento del tráfico naval con las colonias.
El Colegio se inauguró el 1 de junio de 1787, y se estableció en régimen de internado. El conjunto de sus enseñanzas era muy amplio, empezando por las primeras letras para terminar con las Facultades náuticas. Los alumnos podían ser de dos clases “Colegiales de número”, para los que se establecían 100 plazas, en régimen completamente gratuito. Para optar a una plaza en el centro, los niños debían ser huérfanos e hijos de gente de mar. Por el hecho de admitidos, los alumnos debían permanecer nueve años en el centro y tenían derecho a la educación y enseñanza, a los alimentos, vestidos y demás subsidios del Colegio, contrayendo por su parte la obligación de servir a la Marina Real o Mercante española. A los más “débiles” se les permitía seguir estudios de humanidades o comercio, y los “ineptos” eran destinados a los oficios auxiliares de la náutica.
También había “porcionistas”, que eran alumnos de “pago” y por lo tanto no tenían que ser huérfanos y su estancia en el colegio dependía exclusivamente de 12 voluntad de su padre o tutor.
Finalmente se suprimió el Colegio por Real Orden de 23 de febrero de 1849, aplicando su caudal al Instituto provincial de segunda enseñanza, a pesar de los esfuerzos realizados tanto por la Junta de Comercio como por la Sociedad Económica de Amigos del País por evitar su cierre.
Como hemos podido ver a lo largo del recorrido histórico espacial, además de ser un edificio emblemático para la ciudad, ha sido no solo testigo, sino uno de los protagonistas de la historia de la educación en Málaga y aunque, como hemos señalado al principio, la labor educativa del edificio continúa hasta nuestros días, en el presente trabajo nos hemos detenido a mitad del siglo XIX, tras el cierre del Colegio de San Telmo, por considerar que termina una época.
Referencias bibliográficas
GRANA GIL, 1. (1995): El Real Colegio Náutico de San Telmo de Málaga. Málaga: Universidad de Málaga.
GRÁNA GIL, 1. (1995): La enseñanza primaria y secundaria en Málaga. (Último tercio del siglo XVIII y primera mitad del XIX)”. Jábega, 75, pp.36-45.
SOTO ARTUÑEDO, W. (2004): La fundación del colegio de San Sebastián. Primera institución de los Jesuitas en Málaga. Málaga: Universidad de Málaga.
Isabel Grana Gil
Es Profesora Titular de Historia de la Educación en Andalucía de la Universidad de Málaga. Actualmente sus líneas de investigación se centran en la Depuración franquista de los docentes y la historia de la Educación de las mujeres. Pertenece a la Sociedad Española para el Estudio del Patrimonio Histórico-Educativo (SEPHE), Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE), Sociedad Española de Pedagogía (SEP) y Sociedad Española de Educación Comparada (SEEC).
E-mail: imgrana@uma.es