José Antonio Mañas, Carlos Durán y Rubén Domínguez probaron los instrumentos en el Centro de Ciencia PRINCIPIA
El Museo Andaluz de la Educación suma dos nuevos instrumentos a su colección. Se trata de un electroscopio y una máquina electrostática de Wimshurst. El miembro del MAE, José Antonio Mañas, junto a los miembros del Centro de Ciencia PRINCIPIA, Carlos Durán y Rubén Domínguez, realizaron pruebas de dichos objetos en las instalaciones de este centro.
Espectroscopio o espectrómetro de prisma de la firma alemana Max Kohl AG Chemnitz
Aparece en el catálogo: Appareils de physique – Max Kohl A.G. – Chemnitz Allemagne – Catálogo nº50, Tomos II y III – 1911
Esta herramienta se puede usar para ver los espectros de emisión generados por los elementos al absorber o emitir fotones energéticos. De las frecuencias de onda, un muy pequeño prisma es visible al ojo humano, entre los rayos ultravioleta y los infrarrojos; el espectrómetro da una visión más clara de estos. Cabe resaltar que cada elemento tiene un espectro particular, y que dependiendo de su estructura química algunos reaccionan más rápido que otros, por lo que algunos espectros de emisión no requieren una descarga energética muy grande, mientras que otros una mayor. En 1920, por ejemplo el científico Niels Bohr escribió sus postulados con base en la descarga energética que le dio a un átomo de hidrógeno, dando la idea para que un espectrómetro fuera construido.
En la prueba realizada se observó el espectro emitido por un tubo de descarga de neón.
La firma Max Kohl, fabricante de dicho instrumento, fue creada en Chemnitz, Sajonia (Alemania) en 1876. Esta fábrica, según las propias palabras de Kohl en la presentación de su catálogo N° 21 (1905), estaba equipada con la maquinaria más moderna y con personal capacitado para la fabricación de aparatos para la enseñanza y demostración de las ciencias físicas: “estoy en posición de emprender las órdenes más grandes, y de asegurar una mano de obra sin errores y entrega inmediata”.
La empresa contaba con un gran stock de instrumentos para poder cumplir incluso pedidos de gran volumen en un tiempo mínimo, realizaba envíos a todo el mundo contando con una sorprendente variedad de aparatos y modelos de demostración en todas las áreas de la física y otras disciplinas, así como mobiliario para el armado completo de anfiteatros y salones de clase. La fábrica se dirigía comercialmente a dos áreas bien definidas: las escuelas primarias y la enseñanza universitaria, esta diferenciación se hacía a través de la calidad y el precio de los instrumentos. Los aparatos más económicos y simples eran para uso escolar y los más costosos para instituciones de enseñanza superior con recursos donde las clases de física tenían una mayor extensión e importancia, estos últimos instrumentos eran recomendados por la mejor calidad de su madera, terminación y complejidad. Para que las escuelas y universidades pudieran hacer sus pedidos, la empresa enviaba en forma de catálogo una completa descripción de la fábrica y de todos los instrumentos de manera gratuita a los clientes interesados. Los términos de venta y envío eran detallados en las primeras páginas de estas grandes listas de precios ilustradas. Los embalajes eran hechos a medida con el mayor cuidado y si el envío era transatlántico se realizaba en cajas de aluminio.
Esta fábrica, destruida durante un bombardeo a la ciudad de Chemnitz durante la segunda guerra mundial, se considera hoy como una de las productoras de instrumentos más famosos en los inicios del siglo XX.
Máquina electrostática de Wimshurst
Recientemente ya se había incorporado otro de estos generadores electrostático de alto voltaje a la colección del Museo, sin embargo, el gran interés de este es que el diámetro de los discos es muy considerable (48 cm). Existen muy pocas en el mercado con ese tamaño.
En este caso se trata de un equipo datado a finales del siglo XIX. Podría ser de la firma E. Leybold de Nachfolger.
Tras su ajuste y puesta a punto en el taller del Centro de Ciencia PRINCIPIA pudo ponerse en funcionamiento cómo se ve en los vídeo. Quedará allí depositada hasta la próxima exposición sobre Faraday para que la conozcan las personas que asistan a los talleres y/o cursos que allí se celebren.
Ernst Leybold (1827-1907), fabricante de este instrumento, comenzó en 1850 vendiendo vidrios y demás equipamiento para boticarios. Desde 1854 expandió sus ventas con aparatos científicos y comenzó en 1867 con su propia producción de soplado de vidrio y mecánica para la enseñanza de la ciencia y el laboratorio. En 1870, Ernest Leybold se retiró y vendió la empresa a Emil Schmidt y Otto Ladendorff, que la rebautizaron como E. Leybold Nachfolger.