Las chapas

Las “chapas” son los tapones que sellan las bebidas carbonatadas, con forma de corona, de 26 o 29 mm y de un peso aproximado de 2,05 g. El material más abundante es el aluminio, siendo los bordes de estas dentellados. Sin embargo, con la aparición del plástico las chapas pasaron de ser de aluminio, en su mayoría, a convivir con aquellas chapas a rosca de las botellas de plástico. Ambos modelos poseen en su interior un disco (antiguamente corcho o papel, evolucionando en la actualidad hacia el PVC) que facilitaba su sellado con la intención de no perder el efecto burbujeante de la bebida que protege.

Según Díaz Lucea (1996), su origen se remonta al siglo XIX durante la fiebre de las ya mencionadas bebidas carbonatadas. El tapón era aprovechado por los niños con menos recursos para realizar diferentes juegos. Asimismo, estos niños trataban de personalizar estas chapas con los recursos a su disposición (santos, papel, pintura, etc.). Esta personalización se fue puliendo y perfeccionando. En la actualidad, algunas chapas contienen fotografías de deportistas relevantes (eminentemente futbolistas, ya que una modalidad de las chapas está destinado al futbol).

Las modalidades más populares de las chapas son “El sacar”(consiste en expulsar a los rivales mediante impactos del terreno de juego), carreras (se dibuja un circuito en el suelo y, por rondas, los jugadores van avanzando sin salirse, volviendo a la posición previa al golpeo si se produce dicha salida), lanzamientos (lanzamientos de distancia), salto de altura (consiste en lanzar la chapa lo más alto posible desde el suelo golpeándola sin cogerla, midiendo la altura con referencias en una pared, con un listón…) y el futbol chapa (cada participante deberá colocar por el campo diez chapas (jugadores) y un tapón (portero) para intentar lograr el principal objetivo, introducir un garbanzo o una pelotita de plástico (el balón) en la portería rival).

Bibliografía

Díaz Lucea, J. (1996). Los recursos y materiales didácticos de educación física. Apunts: Educación Física y Deportes, (43) 42-52.

Miguel Ángel Yunta Ibarrondo