Cientos de espectadores, la mayoría, nostálgicos de ambos grupos andaluces, vibraron con dos de los principales estandartes de la música de las dos décadas doradas del pop español y colaboraron con una causa solidaria en favor de la investigación oncológica
Inolvidable e histórica velada en la finca El Portón, con dos de los estandartes de la música española de las décadas de los 80 y 90: La Guardia y Danza Invisible. Anoche, el escenario del auditorio al aire libre, ambas bandas se reencontraron con su público de siempre, cargado de nostalgia y buenas vibraciones, aunque también se pudo ver a espectadores de otras generaciones, más jóvenes, disfrutando igualmente de un espectáculo único y muy esperado.
En primer lugar, los granadinos de La Guardia, liderados por Manuel España, pusieron al público en pie -eso sí, sin moverse de su asiento- con canciones tan conocidas como ‘Cuando brille el sol’, ‘El mundo tras el cristal’ o ‘Mil calles llevan hacia ti’, entre otras muchas, además de incluir temas nuevos estrenados en su último trabajo discográfico.
Por su parte, los malagueños Danza Invisible, con su incombustible vocalista Javier Ojeda al mando de las operaciones, fue el encargado de poner el broche final al concierto, en el que se dejó la piel y contagió con su energía a un público entregado, pero siempre consciente de cumplir las normas anti-Covid.
Sonaron, por supuesto, ‘Sabor de amor’, ‘Catalina’ y otros pelotazos musicales de su primera etapa, entre 1982 y 1988, más conocidas por sus incondicionales de siempre: ‘El club del alcohol’, ‘Sin aliento’ o ‘El fin del verano’. La comunión con los espectadores fue total, ya que corearon todas y cada una de las canciones.
En suma, La Guardia y Danza Invisible dieron lo mejor de sí mismos, sin olvidar agradecer a la organización que se apostara por la cultura segura y el compromiso de todos, artistas y público, por colaborar con una causa solidaria, ya que parte de la recaudación se cederá a la investigación oncológica a través de Genyo, centro que colabora en el proyecto.
El concejal de Cultura, Fiestas y Turismo, Andrés García, mostró su entusiasmo por el éxito de una noche tan ‘ochentera’, en el que se agotaron todas las localidades puestas a la venta -con el aforo reducido a lo que marcaban las autoridades sanitarias-, donde se fusionaron la nostalgia, el buen rollo, el apoyo a iniciativas nobles y la promoción del Museo Andaluz de la Educación, otro de los objetivos cumplidos con este espectáculo.