Si la importancia de un escritor se puede medir por la influencia que ejerce, no hay, desde luego, ningún poeta español en el siglo XX comparable a Juan Ramón Jiménez; pero puede que tampoco ningún escritor en lengua española haya ejercido semejante influencia: es junto a Unamuno y Antonio Machado uno de los fundadores de la poesía española del siglo XX y, junto a este último, maestro de una de las generaciones más extraordinarias de la historia de la literatura, la llamada Generación del 27. JRJ lleva a la lengua española hasta donde esta no había llegado. Después de JRJ –decía el crítico Ricardo Gullón– no se podía seguir escribiendo como antes.

JRJ fue un trabajador incansable: ningún poeta lo iguala en la continua reescritura de su obra, que es al mismo tiempo construcción de su yo. Concebía la poesía como creación de belleza, conocimiento y eternidad. Inspirándose al parecer en Ortega y Gasset, en un conocido metapoema con el que se abre Eternidades (1917), se manifiesta la concepción de la poesía como conocimiento:

«¡Inteligencia, dame / el nombre exacto de las cosas! Que mi palabra sea / la cosa misma, / creada nuevamente».

A pesar de las críticas de Buñuel y Dalí, Platero y yo (1907-1916) es una obra de otra sensibilidad, de una sabia inocencia, revolucionaria, donde comienza la transformación del verso y de la prosa, curso que seguirá JRJ el resto de sus días. Tras El Quijote es el libro en español más universal. El otro libro en prosa que decidió publicar en vida es Españoles de tres mundos (1942), caricaturas líricas con una extraordinario penetración psicológica y un atinado juicio crítico. Este es otro aspecto que no se ha subrayado suficientemente: JRJ posee un agudísimo olfato crítico, quizá porque era extremadamente exigente y crítico consigo mismo primero.

En Animal de fondo (1949) se aprecia el gozo del yo descubierto a través de su obra. Espacio (1944), poema en verso y prosa donde los tiempos se confunden, ha sido considerado uno de los más grandes poemas del siglo XX. En 1956, tres días antes de que Zenobia muriera, se le concedió el Premio Nobel de Literatura.

«No comprendo más que una crítica: la autocrítica».

Sebastián Gámez

Sebastián Gámez Millán

Sebastián Gámez Millán (Málaga, 1981) es licenciado y doctor en Filosofía por la UMA con la tesis La función del arte de la palabra en la interpretación y transformación del sujeto. Ejerce como profesor de esta disciplina en el IES “Valle del Azahar” (Cártama Estación). Ha sido profesor-tutor de Historia de la Filosofía Moderna y Contemporánea y de Éticas Contemporáneas en la UNED de Guadalajara.

Ha participado en más de treinta congresos nacionales e internacionales y ha publicado más de 200 artículos y ensayos sobre filosofía, antropología, teoría del arte, estética, literatura, ética y política. Es autor de Cien filósofos y pensadores españoles y latinoamericanos (Ilusbooks, Madrid, 2016), Conocerte a través del arte (Ilusbooks, Madrid, 2018) y Meditaciones de Ronda (Anáfora, Málaga, 2020). Ha colaborado con artículos en quince libros, entre los cuales cabe mencionar: Ensayos sobre Albert Camus (2015), La imagen del ser humano. Historia, literatura, hermenéutica (Biblioteca Nueva, 2011), La filosofía y la identidad europea (Pre-textos, 2010), Filosofía y política en el siglo XXI. Europa y el nuevo orden cosmopolita (Akal, 2009). Ha ejercido de comisario y escrito para numerosas exposiciones de artes.

Escribe habitualmente en diferentes medios de comunicación (Descubrir el Arte, Café Montaigne. Revista de Artes y Pensamiento, Homonosapiens, Claves de Razón Práctica, Cuadernos Hispanoamericanos, Sur. Revista de Literatura…) sobre temas de actualidad, educativos, filosóficos, literarios, artísticos y científicos. Le han concedido cinco premios de ensayo, cuatro de poesía y uno de micro-relatos, entre ellos el premio de Divulgación Científica del Ateneo-UMA (2016) por Un viaje por el tiempo, y la Beca de Investigación Miguel Fernández (2019, UNED) por Cuanto sé de Eros. Concepciones del amor en la poesía hispanoamericana contemporánea, que debe ver la luz a finales de 2020.