Jesús López Galván (1942-2015) fue Ingeniero Técnico Industrial y profesor de la Escuela Politécnica de Málaga desde 1967 hasta 2013
Sitúense. Años 70. Un solo canal de televisión, en blanco y negro. Móviles e internet simplemente no estaban ni siquiera concebidos. Todos los días al llegar del colegio mi hermano y yo nos sentábamos a la mesa a esperar el experimento de papá. Imaginen la sorpresa de ver flotar un pesado tornillo en un misterioso líquido de color metálico o la sensación de meter la mano dentro de ese líquido y que saliera seca. Imaginen la excitación de ver en la oscuridad del salón un rayo azul saltar entre dos pinchos metálicos y de cómo se encendían tubos de fascinantes colores al acercarlos a ese rayo. No digamos cuando papá forzaba a que el rayo entrase por su dedo extendido hacia el techo. El no va más. Y así era casi todos los días. El principio de Arquímedes o las leyes de inducción magnética estaban muy lejos de nuestro alcance, pero el terreno estaba perfectamente abonado.
Jesús López Galván (1942-2015), Ingeniero Técnico Industrial (‘perito industrial’ se decía entonces), fue profesor de la Escuela Politécnica de Málaga desde el año 1967 hasta su jubilación en 2013. En los primeros 18 años compaginó su labor docente con su puesto en la Unidad de Carreteras de Málaga perteneciente a la Demarcación de Carreteras del Estado, ocupación que abandonó en el año 1985 para dedicarse en exclusiva a la docencia. Su dilatada carrera como profesor arrancó siendo responsable del Laboratorio de Física y Termotecnia, donde se consolidó su pasión por la experimentación y los aparatos de medida, pasión que le acompañó el resto de su vida. Posteriormente, y junto a su inseparable compañero José Salcedo Carretero, fue responsable de la docencia de Circuitos Eléctricos hasta su jubilación. El entusiasmo y entrega que ponía en las clases, en las que rara era la vez que no aparecía con algún cacharro para hacer una demostración in situ, unido a su simpático y jovial carácter, dejó huella en varias generaciones de ingenieros malagueños, como hemos podido corroborar sus familiares a través del testimonio de antiguos alumnos.
Su creciente afición por los aparatos eléctricos antiguos alcanzó cotas inimaginables en su jubilación cuando dedicaba prácticamente todo su tiempo a buscar, comprar, restaurar y hacer funcionar innumerables aparatos. Era habitual encontrarlo encerrado en su habitación haciendo experimentos, algunos de los cuales culminaban con alguna cosquilleante descarga eléctrica aplicada ‘por accidente’ sobre nietos o mascotas que, muertos de curiosidad, acercaban su inocente nariz para olfatear qué demonios estaba haciendo el abuelo (algunos de sus experimentos se pueden encontrar en YouTube).
El resultado fue un pequeño santuario de arqueología eléctrica industrial que almacenaba en su casa donde había piezas tan valiosas como un aparato de rayos X de Mónico Sánchez de 1911 o un teléfono Ericsson de finales del siglo XIX en el que por primera vez se unían técnica y diseño en perfecta armonía.
Según sus propias palabras, recogidas en el artículo publicado en Crónica Universitaria del Diario Sur, el 17 de Mayo de 2000, “es muy difícil conseguir estas piezas porque la mayoría de ellas son heredadas de generación en generación o subastadas a un precio altísimo por los anticuarios. Recuperar estas piezas resulta muy costoso tanto en tiempo como en dinero. Muchas de las piezas las encontré por casualidad, como por ejemplo la centralita telefónica que localicé en una antigua pensión de Tembleque en un viaje de ocio o un teléfono antiguo Siemens, la primera pieza de mi colección, que rescaté de un colegio en el que trabajaba mi madre en los años sesenta en Coín”.
Tras su fallecimiento, la familia quiso que su legado saliese a la luz y pudiera ser disfrutado por todos, especialmente por los jóvenes en su formación científica. En este sentido, fue providencial la aparición en escena de José A. Mañas Valle, Ingeniero Informático e Ingeniero Técnico Industrial, que ha hecho posible que la colección completa de Jesús López pase a formar parte del Museo Andaluz de la Educación MAE del que es asesor. El entusiasmo y entrega de José y sus compañeros del MAE por la ciencia y su divulgación garantizan que esta fabulosa colección atesorada durante décadas por mi padre, tenga una nueva y larga vida de la que podrán disfrutar las futuras generaciones.
Jesús López Fernández
Ingeniero de Telecomunicación
Profesor Titular de Universidad del Departamento de Ingeniería de Comunicaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de Málaga