El reloj en la escuela
En la recreación de un aula del pasado del Museo Andaluz de la Educación, que intencionadamente no puede atribuirse a un período concreto y que representa a las escuelas que hubo en España desde que se estableció la escuela obligatoria en 1838 hasta mediados del siglo XX, al menos, hay un reloj.
La presencia del reloj marca un antes y un después en los dos modelos de organización escolar de nuestra historia de la educación. Durante todo el siglo XIX, todas las escuelas en España eran unitarias y tenían alrededor de cien niños. El docente tenía que organizar actividades para niños de todas las edades y de todos los niveles. Podía haber un niño o niña de siete años que llevara tres años asistiendo a la escuela y otro de nueve años que acabara de incorporarse. Este modelo de escuela sigue existiendo en localidades muy pequeñas, por motivos distintos, especialmente cuando para mantener la escuela, dado el escaso número de alumnos, se recurre a unir a niños de varias edades. Ese modelo fue reemplazado, paulatinamente, desde comienzos del siglo XX, por la escuela graduada que agrupaba a los niños según sus conocimientos, primero, hasta contar con un nivel por cada año.
La introducción de la escuela graduada implicó profundos cambios en los centros docentes, en el currículum y en el funcionamiento de cada clase. Aparece la figura del director escolar, que no tenía sentido en las unitarias, y en el currículum se empieza a diferenciar por niveles o edades. El alumnado, tras cursar el primer curso de primaria, debe saber o ser capaz de…, algo que no tenía sentido en las unitarias cuando el concepto de curso escolar no existía.
Cuando los maestros empiezan a tener alumnos con similares niveles de aprendizaje, empiezan a hacer horarios que distribuyen las tareas escolares a lo largo de cada día de la semana. Con los horarios llega el reloj a las aulas. Si un alumno no asiste, sabe qué clases se ha perdido. En muchas de las escuelas primarias aparecieron los relojes a comienzos del siglo XX. Eran relojes similares al que podemos ver en el MAE y que también están en reproducciones de aulas de otros museos escolares del mundo. Más que el reloj en sí, el modelo que sea o el fabricante, nos interesa saber cuándo y para qué se introdujo en las escuelas. Su presencia hoy en las aulas ha desaparecido porque la hora aparece de forma automática en las pizarras digitales, en los ordenadores o en los relojes personales. Sin embargo, el control del tiempo en las aulas sigue siendo importante. Los docentes siempre diseñan actividades que deben realizarse en un espacio y un tiempo determinados.
Carmen Sanchidrián Blanco
- DIMENSIONES:11 x 10 x 5 cm
- PESO: 390 g
- MATERIAL/SOPORTE: Metálica. Cromo brillante.
- CONTEXTO CULTURAL: Desde 1935 hasta la actualidad
- AUTORÍA:El Casco