La calculadora
La calculadora es un instrumento electrónico que permite realizar cálculos aritméticos de forma rápida. El nacimiento de la calculadora data de 1642, cuando Blaise Pascal creó la máquina de calcular con el objetivo de ayudar a su padre que era contable. La pascalina, bautizada así en 1645, permitía realizar sumas de hasta ocho columnas de cifras y también restas. Sin embargo, las multiplicaciones eran difíciles de realizar.
Este aspecto fue mejorado por el alemán Gottfried W. Leibniz quien, en 1694, perfeccionó este aparato hasta conseguir que fuese capaz de multiplicar y dividir, además de sumar y restar. Otro hito de Leibniz fue conseguir que la pascalina extrajese raíces cuadradas. Por otro lado, en 1706, Leibniz creó otra máquina calculadora, denominada «calculador escalonado».
En 1835, Charles Babbage inventó el primer ordenador numérico, aunque no se pudieron crear más copias debido a las deficiencias tecnológicas del momento. En 1920, Leonardo Torres Quevedo finalizó la máquina de resolver ecuaciones algébricas, considerada como la primera calculadora analógica, aunque no fue hasta 1939 cuando George R. Stibitz creó la primera calculadora efectiva. La «Model 1 Relay Computer» fue la primera calculadora binaria.
No fue hasta 1961 cuando se creó la primera calculadora totalmente electrónica por la compañía británica Bell Punch, aunque Casio ya lanzó unos años antes (1957) la primera calculadora eléctrica compacta, siendo tu tamaño y peso un inconveniente. Unos años después, en 1970, Sanyo, Canon y Sharp lanzaron al mercado calculadoras portátiles con pilas, pero no fue hasta un año después cuando Texas Instruments creó la que sería el modelo con el que crear las calculadoras de todo el mundo. El avance de la tecnología ha permitido la creación de las primeras calculadoras científicas, financieras y de aquellas que no necesitaban pilas al funcionar con sensores que detectan la luz o con paneles solares.
La calculadora es un recurso muy utilizado en las aulas de matemáticas y de otras materias científicas. Desde la promulgación de la LOE en 2006 y del Real Decreto 1513/2006, se establece la necesidad de introducir este aparato para resolver operaciones aritméticas. Esto se ha mantenido hasta la actual ley educativa, pero ya en la década de los ochenta, cuando la calculadora fue accesible para la sociedad, las calculadoras comenzaron a entrar en las aulas, aunque no estuvieron exentas de ciertas críticas, pues se consideraba que podía influir en el rendimiento de los alumnos al afectar negativamente en el desarrollo de ciertas habilidades y destrezas matemáticas.
María Dolores Molina Poveda