LAS REGLAS DE CÁLCULO
Las reglas de cálculo son las antecesoras de las actuales calculadoras. Con ellas, utilizando sus distintas escalas numéricas, unas fijas y otras móviles, se realizan de forma rápida operaciones matemáticas, como multiplicaciones, porcentajes, raíces, logaritmos, funciones trigonométricas, etc. Los resultados de las operaciones se obtienen mediante el procedimiento de interpolación visual de la lectura de valores sobre las escalas, por lo que la precisión depende de la longitud de las escalas. Cuanto mayor sea la longitud de la regla utilizada, mayor será la precisión de los cálculos. Aunque la medida más habitual es de 25 centímetros, también las hay, en «versión bolsillo», de 10 centímetros.
A pesar de que los historiadores no se ponen de acuerdo en sus orígenes, se basan en los logaritmos, cuya primera definición fue propuesta por Johannes Neper en 1614, en su obra Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio. Es en 1621 cuando el astrónomo Edmun Gunter aplicó el concepto de logaritmo a las escalas de cálculo, modificándolas para realizar cálculos trigonométricos. Y en 1675, Newton resolvió la ecuación de tercer grado utilizando tres escalas logarítmicas paralelas.
Hubo varias empresas en todo el mundo que fabricaron distintos modelos de reglas de cálculo, una de ellas fue la alemana Faber (la actual Faber-Castell). Las primeras reglas de cálculo se elaboraron en madera de caoba, latón y hueso, hasta llegar a utilizar, a comienzos del siglo XX, celuloide laminado para su construcción. Los sistemas de distribución de escalas se unificaron en 1920 gracias a Max Rietz. Y en 1934, Alwin Walter propone nuevos cambios, dando lugar al denominado Sistema Darmstadt.
A lo largo del tiempo, las escalas han variado mucho en tamaño, número y naturaleza. También se han organizado de muy variadas formas, disponiéndolas sobre superficies rectangulares, circulares y cilíndricas. La realización más común es la que utiliza una tablilla rectangular plana, de la que deriva su nombre de regla.
Durante más de 400 años fue un instrumento imprescindible para científicos e ingenieros. A finales del siglo XX su uso fue decayendo con la aparición de las calculadoras de bolsillo y de los ordenadores personales. A partir de los 80, solo se fabrican en pequeñas cantidades, ya que su uso ha quedado prácticamente relegado a museos y a organizaciones de amigos.
En el mundo del celuloide podemos ver reglas de cálculo en escenas de películas como Madame Curie (1943), de Mervyn LeRoy; Teléfono Rojo (1963), de Stanley Kubrick, Apolo XIII (1995), de Ron Howard, o Titanic (1997), de James Cameron, entre otras.
Macarena Parrado Gallardo
- DIMENSIONES: 25 cm
- MATERIAL / SOPORTE: Madera, latón, hueso, plástico
- CONTEXTO CULTURAL: Desde el siglo XVII hasta el siglo XX
- AUTORÍA:No está clara, para algunos historiadores Edmund Wingate, para otros William Oughtred